El año 2018 me demostró una cosa: la libertad de elección está en todos lados. Se manifiesta en las cargas de trabajo que ejecutan las organizaciones, en la forma en que lo hacen y en dónde residen estas aplicaciones en última instancia. Continúan apareciendo nuevas aplicaciones empresariales —un hecho acentuado por el interés que se observa en blockchain, Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial— que se ejecutan en servidores físicos, máquinas virtuales y contenedores de Linux alojados en nubes privadas o múltiples nubes públicas.
Pero en un mundo en transformación, las organizaciones necesitan tomar confianza para aprovechar esta innovación y a la vez preservar su derecho a cambiar el rumbo tecnológico a medida que surgen nuevas opciones. El único factor común que sustenta todas estas opciones es que la mayoría de estas aplicaciones de próxima generación están escritas en Linux.
Gran parte del entusiasmo de la industria de TI empresarial se centra en los progresos logrados a nivel de la aplicación (y con razón), pero es Linux el que propicia estas innovaciones y ayuda a que la informática moderna avance.
El sistema operativo Linux proporciona una base común, transparente y aceptada para todo tipo de centros de datos, máquinas virtuales, implementaciones en la nube y para las aplicaciones y servicios empresariales. Del mismo modo en que la nube hoy está íntimamente relacionada con la TI moderna, también lo está Linux.
La importancia de Linux para la TI empresarial se puso de relieve a comienzos de 2018 con el surgimiento de las amenazas a nivel del procesador denominadas Spectre y Meltdown. Estas vulnerabilidades atacaban la estructura de hardware del sistema informático y demandó un amplio esfuerzo de la comunidad de Linux, proveedores de hardware, investigadores independientes y líderes del código abierto como Red Hat. Esto demostró no sólo cómo la comunidad de Linux trabaja en conjunto para abordar las amenazas de seguridad críticas del software sino también cuán importante es el Linux de clase empresarial en los entornos de producción, independientemente de los servicios y aplicaciones relucientes que corran en él.
Pero eso era el pasado. El año 2019 marca otro giro en la TI empresarial a medida que la complejidad en los centros de datos aumenta, la definición del responsable de la toma de decisiones de TI se amplía y la transformación digital sigue siendo protagonista. Entonces, ¿qué se pronostica para Linux?
Ya no se trata sólo del sistema operativo
Linux apuntala las aplicaciones y servicios que ayudan a las empresas a diferenciarse en un mercado cada vez más poblado. No es de extrañar entonces que los responsables de las decisiones de TI busquen un sistema Linux que soporte una amplia variedad de tecnologías tanto heredadas como modernas. Los directores de informática no desean adivinar si una aplicación ISV determinada funcionará o no en su distribución de Linux; ellos necesitan saber que funcionará acorde al fin pretendido y que seguirá funcionando en múltiples plataformas de hardware.
Esto significa que no basta con que una plataforma de Linux sirva para atender las necesidades de una empresa hoy. Necesita ser capaz de cubrir las necesidades del equipo de TI ahora y en el futuro. Esto requiere contar con un sólido ecosistema de proveedores de hardware, aplicaciones y nubes que ofrezcan un espectro amplio de opciones tecnológicas. Si el compromiso carece de lo anterior, los responsables de las decisiones informáticas pueden quedarse en la oscuridad… que no es el lugar más aconsejable para 2019.
El “responsable de las decisiones” pasó a ser “los responsables de las decisiones”
La toma de decisiones tecnológicas solía ser un proceso muy aislado. Un director de informática o quizás un gerente de TI identificaba una necesidad, generaba un conjunto de requisitos, solicitaba ofertas, diseñaba una prueba de concepto y luego seleccionaba e implementaba una solución específica. En 2019 veremos cómo esta situación de silo continúa debilitándose, especialmente en lo que a Linux respecta.
Linux impacta sobre los equipos de operaciones de TI, desarrolladores, ingenieros de red, líneas de negocio y a la función del director de informática. En lugar de tener que satisfacer una serie de necesidades planteadas por el responsable de una única área, ahora los proveedores de Linux tendrán que atender un sinfín de necesidades potencialmente contrapuestas. ¿Es estable? ¿Es compatible con mis aplicaciones críticas? ¿Con cuánta frecuencia se actualiza? ¿Quién le presta soporte? ¿Cuán fácil es de obtener/instalar/usar? ¿Cuán seguro es? ¿Sobre cuáles nubes públicas funciona?
No bastará con responder algunas de estas preguntas. En 2019 las distribuciones de Linux necesitarán realmente ser todo para todos, especialmente durante el proceso de selección de tecnología.
La creciente importancia de la automatización a nivel del sistema operativo
Las maravillas que vienen asociadas a un mayor conjunto de opciones de modelos de implementación traen aparejado un costo que frecuentemente se traduce en una mayor complejidad. Sumado a un entorno de TI ya creado y complejo, las organizaciones de TI pueden enfrentarse a una telaraña de sistemas dependientes, servidores huérfanos y paquetes de procesos aislados.
Las tecnologías de automatización pueden utilizarse para ayudar a aliviar esta carga al eliminar de la agenda de los administradores de sistemas e ingenieros de red las tareas complejas que insumen mucho tiempo. En 2019 veremos cómo estas tecnologías continúan creciendo pero pasarán a estar más íntimamente integradas en las distribuciones de Linux a medida que los tomadores de decisiones informáticas busquen contar con una plataforma común “segura” en sus complejas operaciones.
La TI empresarial continúa siendo un trayecto y Linux la ruta
A pesar de todo el progreso que hemos visto en 2018 en torno a las tecnologías nativas de la nube —desde Kubernetes hasta las tecnología “sin servidor”— una de las cosas que seguirán siendo constantes en 2019 es que la TI empresarial es un trayecto. No existe un momento en el cual los directores de informática aplaudan y exclamen “¡listo!”. No sucede así. Siempre hay trabajo por hacer al migrar esa última aplicación heredada o diseñar el nuevo sistema de planificación de recursos empresariales (ERP), y siempre se podrá sacar un mayor provecho y obtener más flexibilidad de las actuales inversiones a través de tecnologías novedosas para el desarrollador como son los contenedores.
Desde los recursos físicos y las máquinas virtuales hasta las nubes públicas, privadas e híbridas, el pronóstico es que Linux seguirá siendo una constante en 2019.
Cualquiera sea la ruta que elija una empresa para alcanzar sus objetivos de TI, cualquier desafío que pueda enfrentar, Linux será su compañero constante.