Además de las razones éticas y de la necesidad per se de igualdad sustantiva de género, la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral resulta en impactos positivos para el impulso del crecimiento económico. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estima que:
De lograr reducir la brecha de género en la participación laboral para 2040, la tasa anual promedio proyectada del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México incrementaría alrededor de 0.16 puntos porcentuales (pp), lo cual significa $1,100 dólares adicionales de PIB per cápita en el año 2040.
Las ganancias son visibles, sin embargo, el reto es de magnitudes considerables. De la población económicamente activa ocupada, sólo 36.8% son mujeres.
En el sector de telecomunicaciones, el problema es un poco más profundo ya que el número de mujeres empleadas representó 36.2% de las y los 191,427 trabajadores del sector.
Por estas razones, es imperante poner atención a los factores que inciden en este fenómeno sectorialmente. Al repasar de manera más detallada las estadísticas, en el tercer trimestre de 2017, las mujeres participaron con 22.8% de la fuerza laboral de telecomunicaciones, este indicador fue 36.2% en el mismo periodo de 2018, es decir, la brecha se acortó, pasando de 54 pp. a 28 pp. en un año.
A pesar de su reciente estrechamiento, desde el primer trimestre de 2011, esta brecha de género ha sido persistente. El periodo de mayor participación de las mujeres equivalió a 41% y se registró en el último trimestre del mismo año. En contraste, durante el penúltimo trimestre de 2017, la participación fue 22.8%, la menor en todo el periodo estudiado.
Cabe destacar que la tendencia lineal de la participación laboral de los hombres en las telecomunicaciones es creciente en el periodo que comprende desde el primer trimestre de 2011 y el tercer trimestre de 2018. Dicha tendencia, analizada para el caso de las mujeres, muestra un comportamiento decreciente. Lo anterior se traduce en una tendencia creciente en la brecha de género que requiere ser revertida con el objeto de encaminarse a un mercado laboral más equitativo en México.
Combatir la brecha de género significa reducir o eliminar las barreras a la inclusión laboral que pueden ir desde los roles de género culturalmente asignados que impiden a las mujeres incorporase a carreras profesionales en las llamadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en español), hasta barreras más visibles como la falta de esquemas de maternidad y paternidad equivalentes.
Para el caso particular de la brecha de género del sector laboral de telecomunicaciones en México, una alternativa para revertir su tendencia lineal creciente consiste en promover las carreras relacionadas con las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) entre las mujeres.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de Educación Superior del Ciclo Escolar 2017-2018 de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la matrícula total en especialidades, maestrías y doctorados relacionados con TIC equivale a 5,564 alumnos, de los cuales 29% son mujeres. La brecha se redujo desde el ciclo 2015-2016. En ese entonces, las mujeres participaban con 27% del total de alumnos matriculados en posgrados TIC.
La inclusión laboral de un mayor número de mujeres en las telecomunicaciones y las tecnologías de la información no sólo acortaría la brecha de género identificada y revertiría su tendencia creciente, también incrementaría el acervo de capital humano altamente especializado, convirtiendo a este factor productivo en la clave que impulse el dinamismo del sector en el mediano y largo plazo. Para lograrlo, resulta trascendental eliminar las barreras que impiden a las mujeres participar y, de manera muy especial, promover entre ellas las carreras ligadas a las TIC.