Concentrar, en un solo sistema, información sobre cuentas bancarias, de ahorros, créditos hipotecarios y tarjetas de crédito, así como tener acceso a una oferta de productos personalizados, por parte de diversas entidades financieras, hubiera sido una realidad cercana para el país. Sin embargo, con el aplazamiento de los lineamientos para regular el open banking en México, esos beneficios para los usuarios del sistema financiero tendrán que esperar más tiempo.
El open banking o banca abierta es “el uso de interfaces de programación de aplicaciones o APIs –por sus siglas en inglés–, para que terceros proveedores accedan de forma segura y controlada a información de las entidades bancarias y/o financieras, incluyendo la información financiera de aquellos consumidores que así lo hayan consentido (saldos, movimientos y productos)”[1].
Luego de aprobarse la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (mejor conocida como Ley Fintech), en marzo de 2018, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tenía previsto contar con las reglas de operación de banca abierta u open banking a más tardar en marzo de 2020, pero, en febrero pasado, la vicepresidencia técnica de la CNBV informó que los lineamientos en materia de datos agregados y transaccionales podrían estar completos, incluso, hasta el primer trimestre de 2021.
Hasta el momento, las únicas disposiciones que han sido dadas a conocer por la CNBV, son relativas a los datos públicos, pero todavía no se avanza en lo que respecta a los otros tipos de datos que contempla la ley. Recordemos que existen tres tipos de datos que forman parte del open banking:
- Abiertos. Se trata de los datos a los que cualquier participante del sistema financiero puede acceder, como información de productos y servicios que las entidades ofrecen al público general; ubicación de oficinas, sucursales, cajeros automáticos; tasa de interés; comisiones.
- Agregados. Información estadística relacionada con operaciones realizadas por las entidades financieras, entre ellas, el número promedio de retiros de efectivo por mes en un área determinada; solicitudes de préstamos exitosas de empresas dentro de un mismo giro o industria; rangos de edades o géneros de quienes adquieren productos.
- Transaccionales. Son los datos de las personas, relacionados con su actividad dentro de los productos contratados en las entidades financieras, por ejemplo: saldos, movimientos, depósitos, créditos, inversión, compras, pagos, retiros, seguros.
Por otra parte, apenas el pasado 10 de marzo, el Banco de México publicó las primeras reglas de open banking, pero solo en lo que se refiere a sociedades de información crediticia y cámaras de compensación, por lo que todavía están pendientes las disposiciones para bancos, financieras populares y cooperativas de ahorro y préstamo, entre otras instituciones.
Ahora bien, ¿qué significa, para el sistema financiero mexicano, que hasta la fecha no se haya avanzado en las reglas sobre el manejo de todos estos datos?
En Deloitte, consideramos que, no tener completas las reglas de operación del open banking, retrasa la posibilidad de intercambiar información de las entidades financieras y de sus usuarios y, por tanto, impide, hasta el momento, ofrecer a estos últimos productos hechos a la medida, así como mejores condiciones de uso del sistema financiero. Además, se posterga la participación de nuevos emprendimientos, y, con ello, la oportunidad de incrementar la competitividad.
[1] “Open Banking MX 2019”, reporte elaborado por Cecoban y Open Hackers, 2019.
¿Qué significa para el sistema financiero mexicano que hasta la fecha no se haya avanzado en las reglas sobre el manejo de todos estos datos?
¿México, rezagado?
A pesar de que México fue uno de los pioneros, a nivel mundial, en la regulación del sector de instituciones de tecnología financiera, el hecho de no contar con un marco regulatorio para el open banking lo pone en una situación de rezago, comparado con otros países del mundo donde ya opera la banca abierta.
En países de la Unión Europea, así como en Japón, Singapur y Hong Kong se pueden realizar, actualmente, transacciones, además de otras operaciones, mediante el sistema de open banking, pues en ellos ya existen reglas que definen y acotan el funcionamiento de este sistema.
Por esta razón, pero también para aprovechar los beneficios que el open banking tiene para todos los participantes del sistema financiero (usuarios, bancos, fintechs), es importante trabajar y tener las disposiciones lo más pronto posible. Eso daría certeza jurídica y de procedimientos a todos estos actores.
Hasta el momento, en la regulación mexicana, se están considerando las experiencias internacionales en materia de open banking, sobre todo de Europa y Asia. Al mismo tiempo, resulta necesario no dejar de lado las necesidades y oportunidades de los distintos actores del sistema financiero, no solo de los que van a proveer los datos, sino de quienes los van a requerir.
Los datos, recordemos, son la materia prima del desarrollo tecnológico, y hacer buen uso de ellos, mediante el establecimiento de reglas claras, será fundamental no solo para traer beneficios a los usuarios y entidades financieras, sino para el ecosistema financiero en general.
FUENTE: DELOITTE